El asombro y la curiosidad amigas inseparables del aprendizaje

¿Sabes qué pasa en el cerebro cuando somos curiosos o sentimos asombro? ¿Sabes qué características tiene una persona curiosa? ¿Crees que la curiosidad y el asombro se pueden estimular y/o entrenar? ¿Crees que la curiosidad y el asombro son importantes en el proceso educativo? Adivina quiénes tienen altos grados de curiosidad y de asombro.

Curiosidad y asombro no son sinónimos, pero si están relacionados. La curiosidad es un interés que impulsa al ser humano a investigar, experimentar y aprender, generalmente es una necesidad por querer saberlo todo, desde el origen de cualquier elemento, hasta su manera de funcionar. El asombro es una emoción que surge ante lo inesperado, lo desconocido, lo misterioso. Se caracteriza por la fascinación y admiración hacia lo desconocido. En ese orden de ideas, la curiosidad es cognitiva y el asombro emocional.

¿Te gustaría saber qué pasa en el cerebro cuando somos curiosos y cuando sentimos asombro?

En la curiosidad y el asombro una pregunta activa el núcleo accumbens, dicho núcleo está ubicado en la región subcortical, entonces el interrogante de lo que quieres saber libera la dopamina activando el sistema de recompensas; la corteza prefrontal y el hipocampo detectan la novedad, procesan la información, la comparan, la contrastan con lo que ya se sabe (conocimientos previos), mientras tanto la amígdala está atenta preparándose para la acción; y la plasticidad cerebral se estimula y se crean nuevas conexiones neuronales mejorando los dispositivos básicos de aprendizaje como motivación, atención, memoria, lenguaje y percepción.

¿cómo descubrimos a las personas curiosas? Desde la perspectiva personal, son fáciles de identificar, todo lo preguntan, todo lo quieren saber, tienen sed de conocimiento, son activas, están en constante movimiento, indagan, exploran, experimentan y analizan.

¿cómo crees que podríamos estimular o fortalecer la curiosidad y el asombro? Desde la cotidianidad, cuestionandonos, viajando a lugares nuevos, navegando por libros, aprendiendo de artículos, conversando con personas desconocidas, saliendo de la rutina, alejándonos de redes sociales, conectándonos con la naturaleza, exponiéndonos a experiencias nuevas y retadoras.

Los niños y las niñas tienen altos grados de curiosidad, todo lo preguntan, lo cuestionan, lo quieren saber; son ellos quienes conservan el asombro: ¡wow!!
¿Sabías que el asombro y la curiosidad son fundamentales en el proceso de aprendizaje, especialmente en la etapa infantil?

La construcción de conocimiento surge a partir del interés, no aprendemos algo si no nos cautiva, cuando activamos la curiosidad a través de las preguntas, permitimos a nuestros hijos y estudiantes la necesidad de querer saber, incitamos a experimentar, a descubrir las respuestas, y ahí es cuando aprovechamos esa capacidad de asombro para activar la experiencia significativa, esa que pasa a través de los sentidos y la vivencia para que en el cerebro se cree una conexión positiva con ese aprendizaje.

Creatividad, pensamiento crítico, adaptabilidad, mente abierta, recepción a lo inesperado, en conclusión, hay un impacto positivo en el funcionamiento cognitivo, emocional y conductual de las personas cuando se fortalece la curiosidad y el asombro.

Pilar Acosta
Profesora
The Columbus School - Revista Nuestra ASOPAF / Edición 20

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